Simona D. Windmane

Simona, la pequeña Simona, la hija del comandante Garlowsend Windmane de Archeland, el cual siempre está viajando por los mares de todos los reinos. ¿Qué tiene que ver eso en su personalidad? Pues mucho, porque gracias a que su padre pasaba mucho tiempo fuera, a falta de una madre, y a que tenía que trabajar en el castillo, ha aprendido a cuidar de sí misma. Es una chica sonriente, de aspecto dulce, que puede engañar al menos ingenuo, y sabe hacerse la misteriosa. Es dulce, sí, sobretodo con sus seres queridos, pero también es una chica decidida y terca, que sabe cuándo debe usar su fuerza, por mínima que sea, o su labia. Inteligente, astuta y preparada para lo que sea, la hija del comandante Garlowsend se defiende bien. Pero también está la joven que necesita ayuda. No es que porque sea una chica terca y decidida, no necesite quien le ayude de vez en cuando. Sarcástica y fría cuando las cosas están tensas, o simplemente si no sabe cómo puede responder ante algunas cosas.

Ama que la mimen, porque ella adora mimar a los demás. Si ella te tiene confianza y tú a ella, no podrás evitar que te abrace, bese sonoramente o simplemente te abrace con la mirada. Es curiosa, le gusta descubrir cosas nuevas, y no quedarse jamás con el sabor en la punta de la lengua, le gusta descubrirlo todo, lo máximo posible. Aprender es algo fácil para ella, se adapta rápido a las situaciones que se le presentan. Es divertida, y siempre que se aburre termina encontrando una solución que haga que su adrenalina suba a más no poder, y de no ser así, simplemente se duerme y listo, algo que adora también. Risueña, ríe mucho, sobretodo sinceramente, ya que odia las risas falsas, será por eso que es tan sincera, y que se le de mal mentir. Si no le caes bien, puedes ir olvidándote de que Mona te dirija la palabra o te mire para algo más que para fulminarte con sus castaños orbes. Si eres alguien que pretende dañar a su familia o a sus seres queridos... ya puedes correr, porque no se cortará ni un pelo al tratar de usar sus propias manos para impedírtelo. Ante las relaciones de algo más que amistad... si bien es una chica linda entre muchas más en Archeland, no es que tenga demasiados pretendientes. Pasa mucho tiempo en Anvard, y todos los chicos a los que ha conocido, han terminado por marcharse a navegar, a otras tierras, o simplemente no la querían. Pero hasta que no encuentre eso que algunas chicas del reino le han comentado sobre las mariposas en el estómago, su estado es de libertad, porque va por libre, pero a la espera.

La historia de Simona comienza cuando Garlowsend, un joven de Archeland que deseaba alistarse a la guardia real, conoció a Zoheret, una muchacha que vivía en el bosque con su familia. Con apenas diecisiete años, el amor floreció, inevitable, y Zoheret y Garlowsend vivieron esa pasión tan típica que a todos les llega. Meses después, entre ambas familias -en las que en un principio hubo algún que otro problema-, decidieron casarlos. Después de eso, Garlowsend tuvo que marchar a navegar, dejando durante meses a Zoheret en el reino de Archeland, esperando. Cuando volvió, le comunicó a su esposa que por mucho tiempo no tendría que marchar. Gracias a eso su matrimonio pudo seguir adelante, con algún que otro problema debido a algunos miembros de la familia Windmane. Varios años después de eso, Zoheret daba a luz a su primera y única hija, Simona, a la que su padre conoció una semana después, pues estaba de nuevo de viaje en tierras Narnianas. La pequeña Mona apenas llegó a cumplir su primer año, cuando su madre cayó enferma, y meses después, murió. Garlowsend tuvo que superar esa perdida, o al menos , es lo que aún dice, que la superó. Mona creció aprendiendo de las doncellas del castillo de Anvard, y aunque no ejerciera de sirvienta, no podía ser nada más que la hija del comandante Windmane, que tras la muerte de su esposa ascendió a ese rango. Conforme pasaba el tiempo, su admiración por Garlowsend creció más y más, e incluso éste accedió a llevarla con él alguna vez a conocer el mundo en el que vivían, a navegar. Simona adora el mar, y su vida ha estado llena de historias que contar a los demás niños de palacio, del pueblo, y a todo el que conociera, sobre su padre y sus aventuras. Ahora que es una casi una mujer, su padre no la lleva tanto a navegar, porque dice que la nobleza lo verá mal en una chica como ella, hija de un comandante, pero en el fondo, Mona sólo quiere armarse con la daga robada a su padre, sus ropas de navegación, y salir en busca de aventuras. El tiempo que pasa en castillo o en la ciudad, lo pasa ayudando a los demás; suele ayudar a las sirvientas porque conoce a muchas de ellas muy bien y desde siempre -y son las que le enseñaron todo lo que sabe sobre las labores-, suele entrar en las caballerizas y cuidar de los caballos y las yeguas, de algunos gatos que a menudo entran... porque le encantan los animales. Ahora que toda Narnia parece ser un lugar tranquilo de nuevo, su vida es apacible, pero siempre está preparada, porque no sabe qué puede encontrar ahí fuera.